Alberto Saiz, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), ha optado por presentar su dimisión después de que se le acusara en repetidas ocasiones de meterse donde no le llamaban y espiar a la gente. «Lo típico. Estás manteniendo una conversación distendida en el pasillo y ya ves que se acerca Saiz y dice: ‘¿Qué tal? ¿De qué habláis?’. ¿Y a él qué le importa? Siempre tiene que estar enterado de todo, es muy cansino» explica uno de sus compañeros que ha querido mantenerse en el anonimato «aunque por supuesto él ya sabrá quién soy, porque siempre tiene que saberlo todo».
El acusado intentó quitar hierro al asunto alegando que se trataba de exageraciones pero fue sorprendido anteayer agregándose al Facebook al colega de otro compañero. «No le conoce y se lo añade al Facebook. Vale que tenían amigos en común, pero si no conoces a una persona y te la añades a tu red de amigos es porque quieres cotillear sus fotos», sostiene el afectado.
Sáiz se autodestruirá en treinta segundos una vez sea aceptada formalmente su dimisión y salga por la puerta del edificio. «Estaremos todos allí para verlo. Y estoy seguro de que justo antes de explotar aún tendrá el cuajo de preguntar qué estamos mirando, porque es cotilla hasta el extremo», insiste uno de sus detractores.
El puesto que Alberto Saiz dejará libre será ocupado por el general Félix Sanz Roldán, ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa, que ha prometido «máxima discreción» y desempeñará su cargo leyendo siempre un diario con agujeros para los ojos.