Después de más de treinta años reinando disfrazado de anciana, esta semana Carlos de Inglaterra se ha derrumbado y ha confesado que su madre, Isabel II, murió en los ochenta y que desde entonces él ha estado ocupando su lugar. “Ha pasado tanto tiempo, mi madre ahora sería tan vieja que la mentira simplemente ya no se sostiene”, ha dicho a la nación británica mientras se quitaba el disfraz.
El monarca reconoció ante los periodistas que empezó vistiéndose así por los nervios y que ya no ha sido capaz de parar. “Cuando me pongo la peluca, el maquillaje y los vestidos me siento más poderoso, más respetado”, se ha sincerado. Desde hacía tiempo la sociedad inglesa sospechaba que algo así podía estar pasando porque al príncipe y a su madre ya nunca se les veía juntos.
Carlos de Inglaterra tiene decenas de pelucas y de vestidos diferentes en una habitación secreta del Palacio de Buckingham, las cuales ha ido alternando para interpretar al personaje por el que lleva media vida haciéndose pasar. “Al ponerme el maquillaje, mi madre, que ahora tendría casi cien años, parecía más joven que yo, por eso pienso que este era el momento de parar y empezar a reinar a cara descubierta”, ha explicado al pueblo británico.
Su Majestad ha reconocido asimismo que Camila Parker Bowles tampoco existe en realidad y que también es él disfrazado. “Al ser reina y príncipe al mismo tiempo no he tenido tiempo de encontrar pareja, así que he estado fingiendo que la tenía”, ha dicho avergonzado.