Se acerca la Nochevieja y, como cada año, miles de españoles empiezan a estudiar la teórica de las Campanadas para que no se les eche el tiempo encima. «Esto son los cuartos… no, espera, no me lo digas que me lo sé», suplicaba esta mañana Mónica L., una de las muchas personas que, desde hoy, pasará las tardes en la biblioteca municipal repasando «para no dejarlo para el último momento y que me den las uvas, literalmente».
«El año pasado empecé tarde y me quedaron dos», comenta Juan L., de Valladolid, dispuesto a engullir esta vez las doce uvas a su debido tiempo para empezar el año con el expediente impecable. «Los que se fíen de las explicaciones de última hora de los presentadores van apañados, si crees que puedes salir del paso sin saber qué es un carillón ni ser capaz de detectar los cuatro cuartos, allá tú», comenta.
Cada vez son más las academias de repaso que ofrecen intensivos de tres semanas, incluyendo prácticas en la misma Puerta del Sol. «Llevo tres años haciendo el curso y en esta ocasión me voy a atrever con uvas con semillas, a ver si soy capaz», declara Marta F., que simula las Campanadas cada noche desde el pasado mes de noviembre con una «L» colgando en la espalda.
Otros, más atareados con las compras navideñas y con las obligaciones familiares, tendrán que conformarse estudiando el mismo día, pidiendo apuntes o copiando al de al lado. «Yo este año celebraré 2008 porque no me presenté a las últimas convocatorias», reconoce Julia S. con resignación. «Repetir el año ayuda a que no empieces de cero. La crisis económica no me pilló de sorpresa, así que tiene sus partes buenas», dice, aunque admite que «lo ideal es llevar el año al día».