Gritando “este es gordo, me cago en diez”, Aitor García, un vecino de Getxo, ha desplazado el planeta Tierra varios metros mientras pescaba después de que se le haya enredado el sedal entre unas rocas y haya tirado de la caña con todas sus fuerzas pensando que tenía un pez al otro extremo. “De este comemos por lo menos tres personas”, ha dicho moviendo la inmensa masa de materia que conforma nuestro mundo.
El desplazamiento del planeta ha sido detectado en la Agencia Espacial Europea, donde están estudiando cómo es posible mover el planeta “formando parte del mismo”, algo que hasta ahora se consideraba una imposibilidad física “excepto para quien cuente con la fuerza y la determinación de un vasco”.
Según los científicos, si García llega a tirar con más fuerza podría haber sacado el planeta de su órbita, lo que hubiera tenido unas consecuencias catastróficas. Por suerte, según recuerdan, son los vascos los que mantienen el delicado equilibrio en la Tierra, siendo su descomunal fuerza de atracción lo que regula las mareas. Sin ellos, los océanos se elevarían como inmensos tsunamis inundando los continentes.