El ministro de Defensa, Pedro Morenés, ha anunciado esta mañana que, en virtud de un acuerdo suscrito con la Conferencia Episcopal Española, las parejas de guardias civiles podrán contraer matrimonio a partir de 2014.
La medida reconoce al fin un derecho reclamado desde hace años por numerosos integrantes de la Benemérita, que aspiraban al reconocimiento social de las parejas y pedían incluso que se les permitiera adoptar a otros guardias civiles. Al parecer, esto último también será posible siempre que el agente adoptado no tenga pareja y pertenezca a la misma unidad operativa.
Las parejas de guardias civiles pueden identificarse fácilmente en la vía pública sin ser un experto. Es muy común encontrarlas en los coches de patrulla acariciándose y acicalándose.
En época de celo, el guardia civil de rango superior corteja al otro en una exhibición de «reverencia-arrullo»: se pavonea arriba y abajo delante de él mientras emite frases características como «¡Quieto ahí!», «¡Documentación!» o «¡Al suelo, hijo de puta!».
Es habitual que en esta fase el otro agente apenas responda, y es entonces cuando el que corteja empieza a traerle multas o detenidos, demostrando así sus habilidades. Si finalmente copulan y se sella la unión, la pareja convivirá en el coche patrulla durante años, manteniendo su fidelidad y comprometiéndose al mantenimiento de la paz y el orden.
El director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, ha celebrado el gesto de la Iglesia y el Gobierno y ha convocado a todos sus agentes a un acto de celebración en el que se exhibirán «las parejas más hermosas y lozanas de los cuerpos de seguridad del Estado».