Cegados por la luz del sol y con la tez pálida, miles de informáticos españoles se han incorporado hoy a sus puestos de trabajo, conservando aún en sus retinas las imágenes explícitas de penetraciones, felaciones y eyaculaciones que han formado parte de su rutina estos últimos meses.
«Viendo porno en Internet desconectas de verdad», admite un programador de software
El portal de vídeos pornográficos YouPorn ha colgado el cartel de lleno este mes de agosto.
«El 60% de nuestros visitantes son penes españoles que vienen aquí a relajarse y a darse un capricho. Disfrutan de la estancia durante un minuto o así. Luego se van pero vuelven en poco tiempo con ganas de más. Es un público fiel», explica un portavoz de esta web.
«Es duro tener que cerrar la ventana del porno y levantar la mirada hacia la oficina, donde la gente va vestida y las mujeres no tienen penes en la boca», lamentaba esta mañana Jorge O., programador de software, admitiendo que se le hacia extraño no oír de fondo «esa música hecha con sintetizadores que parece que no está pero está».
La mayoría de estos empleados sentirán hoy la necesidad de acelerar las conversaciones triviales con sus colegas de trabajo para llegar al punto en el que ellas se desnudan. «Mayte de Administración me ha preguntado qué tal todo y, mientras me contaba sus mierdas, yo intentaba buscar el botón de avanzar para ir al meollo del asunto», confirma Jorge O.
«Aquí la peña se divierte enseñando las fotos de las vacaciones que han subido al Facebook, pero yo no puedo hacer lo mismo porque Facebook me las censura», se queja Fernando E., experto en servidores, mientras enseña en la pantalla de su móvil varias fotografías en las que aparece rodeado de ceniceros llenos a rebosar, rollos de papel higiénico y una pantalla al fondo con escenas de sexo duro.
«Me he pasado el verano encerrado aquí matándome a pajas. Ahora toca volver a la monotonía del curro, pero oye, que me quiten lo bailao», argumenta Fernando.