España se enfrenta a un verano con temperaturas extremas. Las ciudades se convierten en esta época del año en auténticas islas de calor y las viviendas en hornos. Refugiarse del calor no es fácil. Por suerte, a continuación nuestros expertos de Idealista te muestran varios trucos (baratos) para que el calor extremo no convierta tu casa en un horno.
Cambia tu piso por un chalet. Dejar ese cuchitril en el que vives y comprarte un chalet con todas las prestaciones es lo más recomendable. A largo plazo, lo barato sale caro y eso es justo lo que te está pasando con tu piso.
Construye una piscina en tu jardín. El agua fría es muy útil a la hora de combatir el calor. Si construyes una piscina en tu jardín podrás meterte en ella y huir de las altas temperaturas.
Cómprate una segunda residencia en el hemisferio sur y vive siempre en invierno. Este truco no es aplicable a terraplanistas.
Contrata a un mayordomo para que te abanique en las horas de más calor. Si mojarte no es lo tuyo, siempre puedes pedirle a tu servicio que refrigere el aire que te rodea. Aparte de abanicarte, también te pueden traer bebidas refrescantes.
Fabrica una plataforma gigante que tape el sol y evite que caliente tu ciudad. A veces, atajar el problema de raíz es lo mejor que se puede hacer.
Mete todo tu dinero en el congelador y luego envuélvete con él. Si te envuelves en billetes helados, podrás pasar varias horas de frescor.
Baja la temperatura de tu casa con tu aparato de aire acondicionado. Aunque no es fácil de utilizar, normalmente hay un mando que, al bajar la temperatura que indica la pantalla, acaba bajando la temperatura de tu vivienda. Ponlo a 15 grados y olvidarás que estamos en verano.
