Este jueves, el consorcio de inmobiliarias españolas ha anunciado que incorporará un servicio consistente en proporcionar un blanco de oficio para que vaya a firmar los papeles a todos los negros que quieran alquilar un piso. De esta manera, los negros que han encontrado un piso que les gusta no se quedarán sin él cuando el propietario vea el color de su piel al firmar el contrato.
Se ha ha contratado ya a un equipo de más de cien hombres blancos heterosexuales que recorrerán el territorio nacional firmando contratos y haciéndose pasar por inquilinos para evitar que los propietarios se echen para atrás al descubrir que le iban a alquilar su piso a un negro. “Es un trabajo muy sencillo, simplemente tengo que ser blanco e ir al sitio que me dicen”, reconoce Juan Carlos Casas López, uno de los hombres contratados. “No es muy diferente del resto de trabajos”, añade.
Gracias a esta iniciativa, los negros también podrán vivir en barrios acomodados. “Aunque tengo un buen sueldo y por dinero podría vivir en Moncloa, por mi color de piel solo me puedo permitir vivir en Lavapiés”, lamenta Enrique Fernández, un negro natural de Almendralejo. Además de ir a la firma, el blanco también se pasará varias veces a la semana por el piso para que el propietario no sospeche que le ha alquilado el piso a un negro.
No es la primera vez que el sector lucha por los derechos sociales de un colectivo. Desde hace años, las inmobiliarias españolas abanderan la lucha en favor de las minorías neoliberales que buscan sacar el mayor beneficio posible del piso que han heredado de sus abuelos.
