Dos de cada tres españoles ya se han puesto el bañador que no se quitarán en los próximos tres meses, según una encuesta del instituto 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. Los que más llevan a cabo esta práctica son los jóvenes y el electorado progresista, pero también destaca el creciente rechazo a cambiarse de bañador en los partidos de la oposición. Solo un 24% de los votantes de PP y un 29% de los de Vox cambiarán de bañador en los meses de verano.
Sobre el global de la población, el 34% cataloga de muy positivo dejarse siempre puesto el mismo bañador y el 32% como bastante positivo. Más allá de estos dos tercios de apoyo claro, hay otro 19% a mitad de camino, que no lo cataloga ni como positivo ni como negativo. “A mí, cuando se moja, me gusta cambiarlo por otro, pero también es verdad que con el calor se seca enseguida”, apuntan. Solo hay un 5,8% que considera que usar el mismo bañador es bastante negativo y un 5,6% lo ve muy negativo.
La semana que viene, dos de cada tres españoles se pondrán la camiseta y la gorra que llevarán hasta septiembre, completando así su uniforme de vacaciones. El 57% de los varones españoles solo tienen un bañador cómodo, una gorra que no está rota y una camiseta lo suficientemente fina como para no sudar demasiado. Según esta encuesta, uno de cada tres españoles recurre a una camiseta vieja y rota durante el verano que jamás se pondría en cualquier otra estación del año.
Cuando acabe el verano, los millones de españoles que llevan tres meses con el mismo bañador tendrán que acudir a un quirófano para que un cirujano se lo pueda extraer sin sufrir lesiones. “Con el sudor y la arena es habitual que el bañador se pegue a la piel y sea muy difícil sacarlo”, reconocen los expertos.
