Un estudio presentado hoy en el marco del V Congreso Internacional de Lingüística de Motilla del Palancar alerta de que, dentro de apenas dos años, ya no habrá preguntas sino solo reflexiones. El informe, titulado «Análisis del discurso público: estrategias hegemónicas», defiende que la pregunta «como incentivo para alcanzar nuevo conocimiento» ha sido reducida a una mera excusa «para la exposición de ideas previamente concebidas».
Los expertos advierten de que, de confirmarse esta tendencia, la muerte de la conversación está asegurada. «La búsqueda colectiva en forma de diálogo, de preguntas y respuestas que avanzan hacia nuevas conclusiones, en el sentido platónico, es ya una reliquia. Asistimos ahora a conversaciones que son monólogos sucesivos, simples exhibiciones del propio ego y de convicciones que no han superado el más mínimo escrutinio», señala el estudio. Hasta la pregunta más sencilla y protocolaria, como por ejemplo «¿Cómo estás?», se emplea como pretexto para expresar cómo se siente uno mismo.
Los especialistas recuerdan que «un pensamiento no se articula plenamente hasta que es expresado y sometido a las exigencias de la intersubjetividad», y de no cumplirse este requisito «se cae en el solipsismo y en la defensa de ideas a medio cocer, amparadas por una percepción ilusoria de pensamiento propio». En el mejor de los casos, el interlocutor receptivo captura las preguntas que son reflexiones y las reproduce acríticamente en otras conversaciones igualmente espurias, contribuyendo a la difusión de ideas que en realidad son mantras de escaso calado epistemológico.
Tras la exposición de esta tesis, los autores del estudio se ofrecieron a aclarar su discurso a quien tuviera dudas, pero la audiencia prefirió aprovechar la ponencia para compartir reflexiones sobre la materia que no tenían en cuenta nada de lo que los expertos acababan de exponer.
