Millones de madrileños se han mostrado preocupados por su economía al descubrir hoy que Isabel Díaz Ayuso fue la que cogió el ramo que tiró la novia en la boda de José Luis Martínez-Almeida. Los vecinos de la capital de España dudan de que sus bolsillos puedan sostener otra boda de alto postín como la del fin de semana pasado. «Si por el alcalde se ha liado así, por la presidenta no me lo quiero ni imaginar», reconoce una vecina del barrio de Chamberí.
Los médicos madrileños ya han asumido que, si hay que organizar una boda de Ayuso en la Comunidad de Madrid, se pueden ir despidiendo para siempre de recibir un sueldo digno o de disponer de medios para poder ejercer su trabajo. En estos momentos, gran parte de las ayudas europeas ya se están desviando para la cuenta común con la que la pareja pretende costear su enlace. «Que Ayuso cogiera ese ramo es una tragedia financiera sin precedentes», lamentan los economistas.
La presidenta, que entregó a los novios un sobre con dos millones de euros de parte de todos los ciudadanos de la capital, ya busca un sitio para celebrar su boda con Alberto González. Fuentes cercanas a la presidenta aseguran que la pareja está interesada en montar un evento que reduzca la boda de Almeida a una «triste comunión de pobres». «La idea es casarse y ya mudarse juntos a La Moncloa», apuntan desde su círculo más próximo.
Cuando sea presidenta, junto la casilla de la Iglesia en la declaración de la Renta, Ayuso habilitará un recuadro para su luna de miel.
