Uniéndose a la marcha de Fernando Savater y Félix de Azúa, que abandonaron El País hace unos días por su sesgo ideológico, el columnista manchego Roberto Castellón ha decidido interrumpir su serie titulada «El Faro de Castellón» y fichar por el medio digital Diario Fascista de España alegando que es «uno de los pocos reductos en los que aún se puede opinar con libertad».
«Cuando mis colegas de profesión, Savater y Azúa, dieron el portazo, comprendí que me estaban lanzando un mensaje y que era su forma de decirme que le echara valor», explica. Castellón admite que mandó «unos cinco o seis» correos electrónicos a The Objective para seguir los pasos de su admirado Azúa y refugiarse también «en este digital totalmente al margen de ideologías, comandado por profesionales del barrio de Salamanca de Madrid». Como no obtuvo respuesta, finalmente optó por recalar en Diario Fascista de España, dirigido por dos adolescentes de estética falangista «que están libres de las presiones del poder, exceptuando a su madre, porque la redacción está en casa de su madre y la señora gobierna con puño de hierro».
El columnista no se ha cortado a la hora de criticar «a las feminazis que se han hecho con el cuarto poder» y cita con especial inquina a Dolores Rojas, la correctora «que ejercía implacable la censura cambiando en mis artículos un ‘deber’ por un ‘deber de’ y otras lindezas con las que rinden pleitesía a la cultura woke».
En estos momentos, el periodista e intelectual «ni de izquierdas ni de derechas» espera ansioso que sus nuevos jefes de 16 años publiquen su columna sin sesgo ideológico titulada «Los chemtrails del perrosanxe y la amenaza de la Agenda 2030 que planea sobre nuestra plana Tierra».
