Si ha asesinado a más de 20.000 personas y está siendo juzgado por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, es posible que esté cometiendo un genocidio, pero hay otras pistas. Así puedes identificar un genocidio según las directrices de Amnistía Internacional:
1 – Matanza de miembros del grupo.
Todos tenemos algún rifirrafe con nuestros vecinos de vez en cuando y, aunque la mayoría se resuelven amistosamente, otros acaban causando la muerte a personas de un determinado grupo para destruirlo total o parcialmente de forma sistemática. Si tu país (quizá por despiste) ha matado a algunos miles de personas, es probable que tenga un genocidio entre manos.
2 – Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
Si bien es cierto que la sociedad actual es más propensa a quejarse por cualquier cosa, recibir el impacto de un misil en tu casa u oír el ruido de cazas romper la barrera del sonido a pocos metros puede no solo reducir el precio de tu vivienda, sino resultar un poco angustiante a nivel personal. Someter a una población entera a un asedio continuado durante décadas es un indicador de que tu país (insistimos, quizá sin darse cuenta, o sin saber lo que es un genocidio porque, por ejemplo, no ha leído este artículo y no sabe identificar cómo se está comportando) está cometiendo genocidio (y no somos quiénes para juzgarlo, pero está bien que lo sepas).
3 – Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que conlleven su destrucción física, total o parcial.
La inflación ha subido el precio de la gran mayoría de productos. Quizás por esa razón, muchas potencias ocupantes optan por cortar los suministros básicos de luz, agua, combustible y medicamentos a una población entera, para que aprendan a administrarse mejor. Si tu país (quizá con toda la buena intención del mundo, ojo) ha destruido ciudades enteras, campos de refugiados, hospitales y universidades, lo más probable es que esté llevando a cabo un genocidio o que se haya levantado de la cama con muy, muy mal pie (todos podemos tener días malos, ¿no? Pues un país también y no pasa nada).
4 – Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo.
A nadie le gusta ver las fotos del bebé de su compañero de trabajo, pero de ahí a matar a personal sanitario y dejar bebés recién nacidos descomponerse a la intemperie hay un espacio para el debate. Para salvar estas distancias, puede constituir un lifehack calificar de terroristas a personas de 0 a 5 años para que la muerte diaria de niños no parezca tan dramática y quizá tu país (en un intento por desescalar la situación y quitarle hierro al tema del genocidio) lo ha hecho.
5 – Está siendo juzgado por el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.
Si tu país ha recibido una citación de un tribunal creado específicamente para condenar casos de genocidio, cuidado: podría estar cometiendo un genocidio. Son cosas que a veces ocurren porque tú estás centrado en tu día a día y necesitas que alguien te diga “eh, ojo, amiga, date cuenta” y te mande una citación. Y si el país que te la envía es Sudáfrica, que ha sufrido el apartheid durante décadas, presenta un caso argumentado con centenares de pruebas, entre las que se encuentran videos de soldados cometiendo crímenes de guerra y declaraciones de cargos públicos llamando abiertamente al genocidio sobre una población, ahí sí, casi seguro-seguro, tu país (insistimos, quizá con la mejor de las intenciones, porque todo el mundo tiene sus demonios interiores y cada cual es como es) está cometiendo un genocidio.
