Después de cinco años compartiendo piso con su mujer mientras ambos revisan Instagram en sus respectivos teléfonos móviles, Jesús Segura Perea le propuso ayer a su esposa Lorena abrir la relación a otras redes sociales. «Creo que ayudaría a oxigenar las cosas, nos permitiría descubrir otros memes y volveríamos a la rutina con más ganas», razona.
Lorena reconoce que a veces desliza el dedo por la pantalla del móvil sin atender a lo que está viendo, mecánicamente y sin ganas. «¿Pienso de vez en cuando en cómo sería disfrutar de un perfil tipo Mastodon? ¿Rozar el Bluesky aunque fuera unos segundos? Por supuesto que sí. Pero eso no quiere decir que no quiera seguir con Instagram, son fantasías, no sé, llámalo X. Lo que pasa es que, cuando te mandas dos veces el mismo enlace en Whatsapp, te das cuenta de que un cambio vendría bien», argumenta.
Jesús cree que es importante acordar una serie de reglas. «Quiero saber si está siguiendo a una cuenta nueva. No para darle permiso, solo por estar al tanto. La transparencia es importante y no hace falta que esté enterado de los posts a los que le da al ‘Me Gusta’. Mientras haya respeto, no veo problema», dice.
La idea de hacer un directo los dos junto a otras personas les asusta, aunque ambos aseguran que «respetamos que la gente lo haga». No niegan que también avivaría la llama de la pasión, pero prefieren ir «poco a poco y sin hacer locuras, de momento».