La paciencia del Gobierno ha llegado al límite. Esta tarde, fuentes de Moncloa confirmaban que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha llamado a consultas a la embajadora de Estados Unidos para pedir explicaciones por la presencia reiterada del Capitán América en las protestas de la calle Ferraz. El superhéroe es ya uno de los rostros más destacados de los manifestantes que claman contra la amnistía y su papel constituye, según razona el Gobierno, «una injerencia inadmisible».
«Una cosa es tolerar la omnipresencia de estos personajes en el cine que nos llega de allí y otra muy distinta permitir que intervengan directamente y contribuyan a la agitación social», señala una escueta nota difundida por el gabinete del presidente Sánchez.
Moncloa recuerda que, hace años, la Administración Obama llegó a un acuerdo con España para que se autorizase la presencia de Spiderman en las zonas más turísticas de su capital. Esta vez, sin embargo, no ha habido solicitud alguna ni gesto diplomático previo. «No tiene justificación y no comprendemos el origen de este apoyo inaudito a la derecha española», señalan desde presidencia.
La embajadora estadounidense, Julissa Reinoso, se ha limitado a declarar por el momento que «el Capitán América cuenta con total independencia y libertad para expresar sus preferencias ideológicas, que siempre han sido muy cercanas a los posicionamientos conservadores». En Catalunya, el president Aragonès ha amenazado con recurrir al Capità Enciam, superhéroe regional con amplia trayectoria, aunque primero esperará a ver cómo evoluciona el conflicto diplomático.
