«El respeto a la vida humana pone en peligro la vida de miles de israelíes». Con estas palabras atacaba hoy duramente a la ONU el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, advirtiendo de que los Derechos Humanos son un peligroso freno que impide a los israelíes ejercer su legítima defensa frente a los ataques de Hamás. Tampoco los terroristas palestinos aprueban la protección incondicional de la vida humana, especialmente si se trata de vida israelí.
Para tranquilizar a la opinión pública, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, el austriaco Volker Türk, ha asegurado que «los civiles siguen siendo bombardeados implacablemente por Israel y castigados colectivamente», lo que demuestra, según él, que la protección de los derechos de las personas «es un formalismo sin aplicación efectiva».
Cohen considera «insuficiente» que no se impida a Israel matar a niños palestinos y exige «el apoyo explícito de la ONU a las bajas civiles». Una concesión que, por el momento, el secretario general de la ONU, António Guterres, se niega a hacer. «Tengo que exigir un alto el fuego, lo pone aquí», se excusaba esta mañana Guterres apelando al artículo 99 de la Carta de Naciones Unidas. «Yo no he recibido esta carta», zanjaba Cohen.
Las Fuerzas de Defensa Israelíes seguirán actuando «al margen de los peligrosos pacifistas que amenazan la paz internacional», en palabras del titular de Defensa.
