Respondiendo finalmente a las presiones de la ONU, y después de recibir las súplicas de cientos de profesionales amenazados por esbirros del programa, el equipo de El Hormiguero ha accedido a abrir un corredor humanitario para que todos aquellos que hayan hecho chistes sobre Pablo Motos puedan abandonar el país lo antes posible.
António Guterres, secretario general de la ONU, recordó la semana pasada que «la libertad de expresión en España está amenazada», a lo que El Hormiguero respondió acusando a la entidad de «motofobia» y señalando que el presentador «tiene derecho a defenderse», especialmente cuando él mismo «es víctima de la cultura de la cancelación». Trancas llamó a consultas al presidente de Alma, el sindicato de guionistas, aumentando la tensión en el gremio.
La máquina de propaganda de Motos es tan implacable que la comunidad internacional no se ha posicionado para defender a los represaliados. El corredor humanitario llega tras meses de presiones, que derivaron en una situación insostenible después de que el cómico Facu Díaz acusara directamente al comunicador desde las redes sociales y su denuncia fuese secundada por otros muchos afectados.
La ONU confirma haber recibido informes en los que se asegura que gran parte de los guionistas de El Hormiguero son antiguos humoristas que se atrevieron a reírse de Motos y fueron castigados a trabajar bajo su yugo «o no trabajar nunca más en ningún sitio».
