En su inquebrantable compromiso con la nutrición y la salud, Nestlé ha decidido etiquetar con una A en Nutriscore (el sistema de etiquetado frontal que clasifica los alimentos según su perfil nutricional) absolutamente toda su actividad empresarial, incluyendo no solo los productos que fabrica y distribuye, sino también su costumbre de arrasar con los recursos de los países en desarrollo. “Es nuestra responsabilidad informar de lo saludable que es lo que hacemos y, según nuestro etiquetado, esquilmar los recursos naturales de los países del Tercer Mundo imponiendo cultivos que acaban con la biodiversidad es, inequívocamente, una A en Nutriscore”, explica a la prensa Jordi Llach, director general de Nestlé en España.
“Por ejemplo, deforestar una superficie de selva tropical equivalente a dos veces París para cultivar aceite de palma son dos A en Nutriscore: una para el aceite y otra para la deforestación”, detalla el directivo. Así pues, según el etiquetado de Nestlé, matar orangutanes formaría parte de una dieta equilibrada.
Según se indica en multitud de envases de agua embotellada comercializados por Nestlé, 9 de cada 10 nutricionistas recomiendan inundar el planeta de botellas de PVC.
“¿Privatizar el agua y convertirla en un bien de mercado con el que especular pese a que es un elemento indispensable para la vida humana? Otra A en Nutriscore como una catedral”, insiste el directivo.
El acto mismo de puntuar con una A de Nutriscore productos que son una B, una C o incluso una D, es también una A en Nutriscore, informan desde la marca.
“Este artículo en el que se habla mal de Nestlé? Uy, eso es una D en Nutriscore e implica que Nestlé jamás se anunciaría en un medio tan poco saludable”, aclara Nestlé.
