“¿Y tú qué has hecho?”, le ha preguntado esta mañana un gorila a otro gorila en una celda del zoo de Madrid. Utilizando el lenguaje de signos, los dos primates han hablado durante horas ante la fascinación de los visitantes al recinto. Polito, el macho de 20 años recién llegado a la jaula, todavía le está dando vueltas al motivo de su detención. “Puede ser que algún día me comiera algún plátano robado, pero me extraña”, expresa.
Roco, el gorila de 35 años que lleva desde 2010 en el zoo, ha intentado acoger a su compañero de celda de la mejor manera posible. “Aquí la comida es bastante decente, nos dan varias cosas al día, a veces incluso los visitantes nos lanzan algo”, le ha explicado utilizando sus manos. “Si tienes suerte y algún humano quiere hacerse un vídeo viral, pueden pasarte un cigarrillo”, ha añadido. Al preguntarle Polito por qué hay humanos que van a verlos, Roco no ha sabido qué responderle.
Ante la insistencia de Polito, que quería saber qué hizo su colega para estar encarcelado, Roco ha acabado sincerándose y confesando que no hizo nada. “Un día, simplemente me desperté y estaba aquí”, ha detallado con sus manos. “Ten cuidado con los guardas, que van de majos pero, como no les hagas caso, se ponen muy bravos”, le ha advertido el veterano al nuevo recluso.
Tras muchas horas de conversación, finalmente Polito se ha atrevido a preguntar cuántos años deberán permanecer encerrados. “Cadena perpetua, estaremos aquí hasta morir porque, una vez encerrados, ya nunca sabremos vivir en libertad y no nos pueden soltar. Esta gente no cree en la reinserción”, ha concluido Roco justo antes de posar con Polito para la foto de un turista asiático.
