El último informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) ha constatado que España es el primer país del mundo en el índice de consumo de benzodiacepinas, medicamentos psicotrópicos utilizados fundamentalmente para tratar la ansiedad. Pese a ello, la ciudadanía española se muestra serena y en paz con esta realidad, agregan los expertos.
«En otra etapa de mi vida, el dato me hubiese alterado o disgustado. Es cierto que una sociedad narcotizada es un escenario lamentable y oscuro. Pero últimamente me tomo las cosas de otra manera, no sé», confirma Gonzalo Granés, uno de los miles de encuestados.
La mayoría de la población considera «inaceptable» su precaria salud mental y cree que la medicación no es la respuesta a un estilo de vida basado en la explotación laboral, la adicción a las redes sociales y la falta de tiempo, horizontes y recursos para desarrollar una vida plena. Por otro lado, tiene demasiado sueño como para salir a quemar las calles, «que sería lo suyo».
A los ciudadanos que sufran palpitaciones o sensación de ahogo ante la realidad de una España adicta a los ansiolíticos, los expertos les recomiendan un comprimido sublingual de alprazolam, capaz de contener un ataque de pánico en menos de diez minutos.
