La proximidad de la jornada de reflexión de las elecciones autonómicas y municipales del domingo ha puesto en un brete a los libreros de toda España. En estos momentos, es una misión casi imposible encontrar libros de filosofía en las tiendas, y muchas familias se ven empujadas a comprar ediciones de segunda mano a precios desorbitados. «Se nos exige reflexión, pero no se ponen medios para llevarla a cabo. Si queremos una nueva política, no podemos tirar de ediciones antiguas de La República de Platón», señala Enrique Hernández-Montaño, padre de familia que se verá obligado a «tirar con las frases más o menos profundas de los sobres de azúcar del bar de abajo».
Esta misma mañana, varios agentes de la policía municipal han tenido que separar a dos señoras que se estaban pegando frente a La Casa del Libro de la Gran Vía de Madrid por un ejemplar de la obra Stefan Heyne – Naked light: die Belichtung des Unendlichen del autor alemán Markus Gabriel, de quien es fácil encontrar bibliografía, incluso traducida al español, el resto del año. «Si quieres nuevo realismo, tienes que conformarte con escritos de juventud de Maurizio Ferraris, que no está mal, pero se venden a precios prohibitivos cuando tendrían que ser de libre disposición», insistía, aún conmocionada, una de las dos mujeres tras la pelea.
Los distribuidores reconocen que hay escasez de ciertos productos, en especial del romanticismo alemán y también de las nuevas tendencias en ciencia cognitiva, muy demandadas a raíz de la explosión de la inteligencia artificial. «La oferta es tan pobre que acabaremos pasando con lecturas mal digeridas de Maquiavelo que nos empujarán al fascismo, siempre pasa lo mismo», se lamenta Hernández-Montaño.
De cara al sábado que viene, Interior prepara un despliegue policial sin precedentes en las bibliotecas de todo el país para evitar aglomeraciones y batallas campales.
