«Aunque haya ganas, es demasiado pronto». Con estas palabras justifican los humoristas españoles su reticencia a hacer chistes sobre Fernando Sánchez Dragó, fallecido hoy, pese a que ellos mismos son conscientes de que al escritor nunca le importó que fuera demasiado pronto.
Admiten los humoristas que «no es un tema menor», pero consideran que «no sería civilizado ni humano» hacer caso a sus impulsos y a sus apetencias sin tener en cuenta el sufrimiento de otros. «Puede que a él le parecieran chistes incluso viejos; probablemente, en nuestro lugar, habría sido el primero en hacer un chiste mañanero, pero nosotros no nos sentimos cómodos», argumentan.
«Hay que dejar madurar los chistes, de lo contrario sería un abuso», expresa el colectivo de humoristas.
Son muchos los que consideran que Sánchez Dragó «se hubiera follado viva» a cualquier joven incauta que, imprudentemente, hubiera osado bromear sobre su muerte.
«Vamos a respetar los tiempos, aunque no sea lo que él hubiese querido», sentencian los humoristas.
