En lo que se considera un «ataque reiterado a lo más valioso de Andalucía», diversos colectivos han acusado de «andalufobia» a la Junta de Andalucía por pretender regularizar las zonas de regadíos en las inmediaciones de Doñana, un parque natural de valor incalculable que se encuentra en «estado crítico». «No lo podemos permitir, vamos a denunciar porque el pueblo andaluz no se merece este maltrato», han declarado algunas asociaciones andaluzas.
«No todo vale, no con Doñana», insisten.
Para muchos ciudadanos, mantener a Doñana al borde del colapso ecológico es una «afrenta» que «provoca la absoluta indignación de algunas instituciones y de los andaluces porque traspasa los límites del sentido común: es una auténtica falta de respeto al pueblo andaluz, su cultura y su patrimonio ecológico». Así, muchos ciudadanos exigen a la Junta de Andalucía «que no permita este tipo de ataques de Andalucía a la propia Andalucía».
«Doñana es una cosa muy nuestra y tocarla supone traspasar todos los límites», recuerdan muchos andaluces al presidente de la Junta, Juanma Moreno.
«La gente [la Junta de Andalucía] se empeña en odiar a Andalucía y destrozarla, pero hay cosas, como Doñana, que son sagradas y no se pueden tocar», se quejan algunos andaluces.
Algunos estudios científicos sobre el estado de Doñana «están arrojando resultados desoladores, tanto en relación con el estado de las lagunas y otros hábitats del espacio natural como con la biodiversidad que depende de ellos». Se considera que no respetar a Doñana no solo es un atentado «a lo más profundo de Andalucía» sino también a una parte indisociable de la identidad del pueblo andaluz.
