Esta mañana, después de 30 años buscando las siete bolas mágicas, un fan de Bola de Dragón se ha rendido y ha regresado a casa para intentar terminar cuarto de Primaria y seguir con su vida. Cuando era un niño de ocho años, Arturo Bruño abandonó su hogar para hallar las bolas que le permitirían pedir un deseo, pero en todo este tiempo no ha encontrado ninguna.
Con muy pocos medios y sin el apoyo de su familia, Arturo recorrió los siete continentes en busca del preciado tesoro. Aunque esperaba vivir muchas aventuras y luchar contra monstruos y rivales muy fuertes que, tras vencerlos, se harían sus amigos, la realidad es que sus mayores problemas consistieron en encontrar comida y alojamiento. “Al final acababa buscando las bolas en el vertedero y llenándome de mierda”, ha explicado a sus compañeros de clase.
Las tres décadas que este hombre ha empleado en la búsqueda de las bolas de su serie favorita han implicado un enorme retraso en su formación educativa, además de la pérdida de vínculos familiares y amistades. “No puedo decir que haya tirado mis primeros 38 años de vida, pero la verdad es que ahora no acabaré la Educación Secundaria hasta los 45 años”, admite.
Fuentes cercanas al colegio apuntan que, después de la primera clase, Arturo ha partido en busca de un Pokémon Legendario. “Esto sí que lo encontraré”, ha asegurado a sus compañeros antes de salir corriendo del centro escolar. «Volveré pronto», ha prometido, como hizo ya en su día.
