El expresident catalán Carles Puigdemont ha llamado esta mañana a la Generalitat de Catalunya preguntando por Pere Aragonès, quien no ha podido atenderle. Desde su residencia en Waterloo, Puigdemont ha aprovechado la llamada para preguntarle al empleado de la institución que le ha atendido «cómo va lo del procés». «Es para ponerme un poco al día, pero oye, sin presión», ha agregado.
La persona que atendía el teléfono de la Generalitat confirma que ha mantenido con el expresident una conversación de unos diez minutos, en la que Puigdemont ha insistido en dejar claro que su interés no era personal sino «de país», y que no querría que «por no molestar» se le mantuviera al margen de las dificultades que hubieran podido surgir. «No quiero interferir, pero tampoco desentenderme. Yo tengo tiempo para dedicarle a esto, si me necesitáis», ha insistido. El funcionario de la Generalitat se ha comprometido a trasladar su ofrecimiento a sus superiores.
Fuentes cercanas al entorno de Carles Puigdemont confirman que el expresident teme que el asunto del «procés» se haya aparcado indefinidamente y que nadie se atreva a decírselo. Le da «mala espina» que apenas se hable del tema en los medios y, sobre todo, que no sepa nada de nadie.
«Lo que no puede ser es que no me pidan ayuda por una cuestión de orgullo, o por exceso de celo. He querido llamar para interesarme, no para meter prisa. Me acuerdo de ellos y del proyecto común, solo quería que lo supieran», ha confirmado Puigdemont a este medio por correo electrónico.
