Hinchado de ego después de haber logrado apagar una sartén en llamas arrojándola al fregadero, Santiago Luis García, de Torrelodones, llamó ayer a los bomberos para compartir con ellos su gesta, diciéndoles con sorna que, si hubiera más gente como él, se quedarían sin trabajo.
«Y sin casco ni mangueras ni agua ni hostias», se jactaba mientras, al otro lado del teléfono, los servicios de emergencias le preguntaban si necesitaba algo. «A eso voy: no necesito nada, chavales. Tanto camión y tanta hostia… os voy a decir una cosa: el fuego se apaga con agua, y agua tenemos todos en nuestras casas, sale del grifo», replicó Luis.
Mientras este ciudadano presumía ante los bomberos, acusándolos de ser «un simple cuerpo bonito», un trapo de la cocina empezaba a humear junto al fregadero en el que la sartén se había apagado. Al notar el calor de las llamas a su espalda, Santiago Luis informó a los bomberos de que tenía que colgar, pues su siguiente llamada iba a ser para Naturgy, compañía a la que juraba no necesitar para nada «porque aquí se está bien calentito sin poner la calefacción».
«He abierto todos los grifos de la casa, es cuestión de tiempo», se decía a sí mismo Santiago Luis desde el balcón, al que salió para protegerse del humo.
