A raíz de las acusaciones al Fútbol Club Barcelona por parte de la Fiscalía por sobornar a árbitros, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ha empezado a plantearse abandonar el mundo del fútbol porque no soporta la corrupción. El empresario español siempre se ha querido mantener alejado de los negocios sucios y ha construido su fortuna a base de trabajo y honradez.
Sospechar que en el mundo del fútbol se podrían estar llevando a cabo prácticas oscuras, como compra de árbitros, amaño de sorteos, recalificaciones al alza, dopaje encubierto o fichajes ilegales, ha hecho que Florentino Pérez caiga en un profundo desencanto con este deporte. Romántico empedernido y seguidor del Real Madrid desde niño, el presidente del club blanco lo único que quiere es hacer felices a los aficionados de su equipo, por eso le duele ver que hay rivales con intenciones menos loables.
El empresario mantiene una carrera absolutamente impoluta y no quiere mancharla. Tanto en sus negocios empresariales como en su carrera como presidente del Real Madrid, Florentino Pérez jamás se ha visto envuelto en un escándalo ni ha protagonizado una salida de tono, razón por la que los millones de aficionados del Real Madrid lo admiran y lo respetan. Gracias a su honestidad y transparencia, el madrileño es respetado por políticos, empresarios y trabajadores.
Fuentes cercanas al Bernabéu apuntan que Florentino Pérez podría dimitir esta misma semana. El empresario ha llegado a llorar en su despacho al descubrir que el mundo del fútbol no es tan limpio como imaginaba.
