El consejo de administración de Ferrovial ha anunciado el traslado del domicilio social de España a Países Bajos, lo que supondrá desplazar más de 148 millones de toneladas de asfalto, raíles y obra pública en general. El argumento de Ferrovial para poder llevar a cabo el traslado es que, en las concesiones de obra pública, lo que se abonó fue la construcción «pero en ningún caso los materiales, que son de Ferrovial y por tanto lo lógico y esperable es que la compañía se los lleve».
El Gobierno tratará de detener el traslado pero ha admitido que «no hay mucho que hacer». Desde el Ejecutivo interpretan el movimiento de la compañía como «una traición a España», dado que el traslado incluye todas las construcciones de Ferrovial y las del germen de la compañía Agroman, fundada en 1927, por lo que España pierde una buena porción de sus carreteras y vías ferroviarias y también algunos edificios emblemáticos.
«Es especialmente sangrante la decisión de Ferrovial de construir al fin el Ave a Extremadura pero en Holanda, y solo por el gusto de hacerlo y dar rabia», ha lamentado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
«¡Ahí os quedáis, pringaos! Se sienteeeeee» ha dicho el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, la tercera fortuna española tras hacer el anuncio.
Los holandeses han agradecido a Ferrovial el gesto pero admiten que, por ahora, no necesitan todas esas vías y carreteras. El gobierno holandés ha pedido a la empresa que deje todas esas toneladas de escombros «por ahí, en algún solar, mientras les buscamos sitio».
Pese al importante patrimonio económico, logístico y estratégico que España pierde con el traslado de todas las obras de la compañía, los españoles están satisfechos porque se deshacen al fin de la cripta del Valle de los Caídos, construida por la compañía usando mano de obra esclava en 1943.
