Esta semana, una madre ha descubierto que el “twerking” no es una profesión y, acto seguido, ha preguntado a qué se dedica entonces su hija. “¿El ‘twerking’ no es su manera de ganarse la vida?”, ha preguntado a sus otros hijos con perplejidad. Su hija, Jacinta Molinero, de 22 años, lleva dos años en paro, pero acumula casi cinco mil seguidores en TikTok gracias a sus bailes.
Desde que su madre descubrió que no trabaja en algo moderno y que no se está ganando bien la vida “haciendo cosas de jóvenes”, como solía decirle a sus amistades, la relación entre ambas se ha deteriorado. “Yo pensaba que mi hija era una trabajadora incansable, que por eso estaba todo el día con el móvil”, se sincera la señora. “El ‘twerking’ es mi manera de expresarme, el dinero ya llegará”, promete la hija.
La madre estaba convencida de que su hija trabajaba de “twerking” porque le dedica 40 horas a la semana. “Con sus amigas siempre estaba hablando del tema, incluso llegué a preocuparme porque mi hija fuera ‘workaholic’”, reconoce la mujer. “Ahora entiendo que siga viviendo en casa, yo pensaba que simplemente estaba a gusto con nosotros”, añade.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que la madre todavía no tiene ni las más remota idea de qué es el “twerking”. “Imagino que es algo de tuercas y tornillos, pero todavía nadie me lo ha sabido explicar”, concluye.
