Convencido de que «hoy es el día de apoyar a las mujeres porque mañana será tarde», Samuel Navajas, de Torrelodones, ha despertado a su esposa a las siete de la mañana para preguntarle «como se llama el colegio de los críos». Dice que le hubiera gustado que fuera una sorpresa, pero «sin saber seguro el nombre, no quería cagarla y dejarlos en el sitio que no es».
«Me suena que era Virgen de no sé qué, pero hay tantos colegios de vírgenes que es imposible acordarse. Y eso asumiendo que los dos van al mismo», explica Navajas. Una vez su esposa le ha indicado el nombre del centro escolar, el hombre ha preguntado también qué desayunan los niños y qué ropa se tienen que poner. «Yo pensaba que sabían vestirse solos y todo eso, pero se ve que aún no han desarrollado la habilidad», comenta.
Navajas ha pedido el día libre en el trabajo para que su esposa pueda ir a la oficina sin tenerse que ocupar de los asuntos domésticos, pero la dificultad de ponerse al día con «las cosas de la casa» le ha hecho perder la mañana entera y duda que le quede tiempo para ir a comprarle a su mujer lencería sexy «y algún electrodoméstico de los que le gustan».
«Se ha ido al curro y yo ni siquiera he desayunado. Ella es la que sabe cómo me gusta el café», lamenta Navajas, que reconoce que «hoy toca apechugar, y suerte que es un día al año».
Tres horas después de que su marido dejara a los niños en el colegio, la mujer de Samuel Navajas ha recibido una llamada del dueño del bar «Los Maños» informando de que «hay una niña aquí que dice que es suya».
