Como cada año, la llegada de la primavera brinda a las personas de tono vital bajo la oportunidad de achacar a esta estación los motivos de su infelicidad. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), dos de cada tres españoles tristes creen que su fracaso en la vida tiene que ver con un momento del año y no con su tendencia patológica a tomar malas decisiones y a culpar siempre a agentes externos de las consecuencias de sus propios errores.
“Estoy chof, es la primavera”, dicen estas personas, que son capaces de manipular los hechos a su antojo y, obviando estratégicamente algunos elementos clave de su comportamiento, rememoran su tristeza de la primavera pasada como si no hubieran sido desgraciados también en las otras tres estaciones del año. Según el INE, «el 76% de las personas que se sienten solas prefieren culpar a la meteorología y curiosamente olvidan su idilio con Sonia, que mantuvieron en secreto durante meses y que acabó con Matilde haciendo las maletas y dejándolos tirados en su piso de 60 metros cuadrados heredado de la abuela Teresa».
“Siento un enorme vacío dentro por la época del año”, insisten, como si la falta absoluta de empatía no tuviera nada que ver con acabar preso de una soledad oceánica y crónica.
Cuando acabe la primavera, según el INE, esas mismas personas culparán a los demás de su vida de mierda «porque son niños grandes que se resisten a madurar y se atrincheran en su propio victimismo». De ellos, el 66% no son más que hijos de puta, confirma la entidad.
