Tras el fin de las cuentas compartidas de Netflix, muchos suscriptores sienten que han sido vulnerados sus «derechos más elementales» y, completamente desesperados, han acudido a Amnistía Internacional en busca de «algún tipo de asilo, ayuda o contraseña gratuita», según han informado fuentes cercanas a la ONG. «Nos vemos obligados a recordar que Netflix no es un derecho humano, y ni consta en la Declaración Universal de Derechos Humanos ni podemos ahora dedicar esfuerzos a esta reivindicación», han declarado esta mañana diversos responsables de Amnistía Internacional España en una rueda de prensa.
«Tenemos las oficinas colapsadas», se ha quejado la ONG.
Amnistía Internacional ha querido aclarar «de una vez por todas y tras varios días de caos» que comprende que ver Stranger Things sea importante para mucha gente, pero la organización está centrada ahora mismo en «la crisis de la valla de Melilla, dado que el Gobierno español no ha rendido cuentas como debería, en la situación de la sanidad pública, en concreto la grave falta de recursos que sufre la Atención Primaria, en la modificación de la Ley Mordaza, que es un compromiso incumplido del Gobierno hasta la fecha, y en la Ley de Vivienda, entre otras muchas cosas».
«Por favor, pedimos a la gente que deje de enviarnos mails y solicitudes respecto a nada que tenga que ver con entretenimiento audiovisual», ha dicho uno de los portavoces de Amnistía Internacional.
Los responsables de la ONG entienden que no poder ver Netflix sin pagar «es percibido como un drama» pero no tienen intención alguna de pedir explicaciones al Gobierno sobre dicho tema, ni van a movilizar las calles ni a pedir firmas. «No, no se puede hablar de ‘vulneración de derechos’. Y que te quedes con varias series a medias tampoco consideramos que pueda ser catalogado como ‘drama humanitario’ como mucha gente se ha empeñado en decir», ha dicho el portavoz.
Tras algunos comentarios en redes sociales, Amnistía Internacional ha querido aclarar que «incluir el tema de Netflix» en la Ley de Vivienda y en la derogación de la Ley Mordaza es una frivolidad y que sus reivindicaciones tampoco van por ahí.
