Desde que Disney Plus incorporó la serie The Bear a su catálogo, el mundo occidental ha empezado a ver con otros ojos la precariedad laboral, que se considera ahora una oportunidad para poner a prueba la propia resistencia en un entorno tóxico donde la ansiedad, que la sinopsis de la serie describe como «sentimiento de urgencia», es parte de la rutina de trabajo. «La ves y te entran ganas de gentrificar un barrio gastándote todos tus ahorros en un local de mierda, soñando con triunfar», comentan sus seguidores en las redes sociales.
El ritmo trepidante de los capítulos de la serie permite vivir en las propias carnes el desgaste emocional al que nos arroja una vida horrible y dedicada por entero a cultivar una rutina desquiciante, en la que el mérito es soportar la angustia con esforzado y vano estoicismo. «Bravo, Disney Plus, así se apoya la hostelería, enseñando a amar las dificultades y los retos», celebran los fans.
La apertura y posterior cierre de pequeños locales de bocadillos con aspiraciones gastronómicas ha aumentado un 35% en Estados Unidos, según datos del gremio, y en Europa el fenómeno va camino de alcanzar e incluso de superar estas cifras. «Viene gente que claramente ha visto la serie a preguntar si tenemos vacantes, y lo último que quieren es cobrar», señala Sergio Iniesta Riera, dueño del bar madrileño «Iniesta de mi vida». Si la tendencia se consolida, podrían resolverse todos los problemas del gremio en España.
Desde Disney Plus reconocen que el triunfo de The Bear va camino de relegar a la marginalidad a otros contenidos, dando lugar así a un proceso interno de gentrificación audiovisual coherente con lo que la propia serie defiende y alienta.
