Alejandro Morales Linares, un señor de 67 años natural de León, ha donado a sus hijos una cantidad proporcional de armas para que se peleen por su herencia en igualdad de condiciones. Alegando que no tiene favoritos y que los quiere a todos por igual, lo ha dejado todo dispuesto para que puedan enfrentarse sin desequilibrios ni ventajas.
“A mi hijo mayor le he dejado mi colección de catanas y un revólver, al mediano una AK47 y a la pequeña dos pistolas Glock 19”, detalla. “Si juegan bien sus cartas, cualquiera de los tres podrá vencer y quedarse con la herencia”, añade. La prensa ha podido saber que los tres hijos tienen nociones de artes marciales, por lo que la disputa estará muy reñida.
En un anexo de la herencia, Alejandro ha dejado claro que no permitirá que haya alianzas entre ninguno de sus vástagos. “Para mí sería muy decepcionante que jugasen sucio en esta lucha a muerte por mi herencia”, asegura. “Yo no los he educado para esto”, continúa. “Aunque, claro, si la herencia son las armas, para poder hacerse con ellas primero tendrán que tenerlas”, reflexiona. “Nunca podrán usarlas hasta que no venzan”, insiste. “Me he equivocado completamente con esta herencia”, lamenta ahora, tras reflexionar.
Al cierre de la edición, y después de que Alejandro haya vuelto a redactar su testamento, la prensa se ha hecho eco de que ninguno de sus tres hijos tiene interés alguno en heredar nada. “Mi padre solo tiene deudas y armas, yo prefiero vivir tranquilo”, ha declarado su primogénito.
