Aunque siempre ha pensado que le sienta bien y que lo consume con moderación, un hombre de Salamanca ha asumido esta semana que tiene un problema con el alcohol después de que le hayan puesto su nombre a un cóctel, al hijo del camarero y al bar. Los hechos se produjeron en el bar Julián Martínez cuando Julián Martínez pidió un Julián Martínez y se lo sirvió el pequeño Julián Martínez.
Tras muchos años como cliente, y después de haber pagado la universidad de los tres hijos del dueño y de los diferentes camareros que han trabajado en el local, Julián Martínez ha empezado a asumir que quizás bebe demasiado. “Cuando pusieron mi nombre al cóctel que siempre pido me hizo ilusión, cuando se lo pusieron al bar, también, pero cuando vi que el camarero también llamaba a su hijo como yo, empecé a preocuparme”, se sincera.
Julián Martínez tiene su propio baño en el establecimiento, habiendo lavabo para hombres, para mujeres y para Julián Martínez. “El trato que recibo es exquisito, pero es posible que sea por la cantidad de horas que paso aquí y por todo el dinero que me gasto”, razona. Las pocas veces que no está, nadie se puede sentar en su silla, y tiene hasta sus propios vasos personalizados.
Además de beber mucho, Julián Martínez también tiene un problema con la comida, ya que el restaurante de enfrente se llama como él y el plato especial también lleva su nombre. “Mucha gente me felicita por la cadena de hostelería que he montado, pero yo solo soy un cliente más”, aclara.
