Esta mañana, Amancio Ortega ha donado 2.000 dependientes cabreados a la Sanidad Pública. El acto ha tenido lugar en la sede de Inditex de Arteixo y ha contado con la participación de la ministra Carolina Darias. “Gracias a esta generosa donación, los hospitales españoles podrán contar con más dependientes cabreados en todos sus mostradores de recepción”, ha celebrado la ministra.
Cansado de sus constantes exigencias sobre derechos laborales básicos, Amancio Ortega ha decidido entregar a estos dependientes a la Administración porque considera que es «el lugar que corresponde a los que viven instalados en la cultura de la queja». Al empresario le indigna que en su propio país se le exija más que en los otros países donde tiene contratados a trabajadores. “En España protestan, en Bangladesh trabajan”, ha señalado. “Los dependientes estarán cabreados, pero yo también soy un empresario cabreado ahora mismo”, ha declarado antes de entregar a los empleados descontentos a la Sanidad Pública.
Para ofrecer también buenas palabras durante el acto de donación, Ortega ha sugerido que “algunos de los dependientes tienen órganos que podrían servir”. Todos los trabajadores con órganos compatibles con los de Amancio Ortega seguirán, eso sí, en la plantilla de Inditex por si en el futuro le pudieran ser de utilidad. “Sus esqueletos podrían incorporarse después a los laboratorios de los colegios públicos”, ha sugerido el gallego.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que Amancio Ortega ha entrado en una biblioteca pública, donde ha donado cerca de cuarenta centilitros de orina, demostrando que su generosidad no conoce límites.
