El investigador y académico Roberto Mora, empleado del CSIC, ha anunciado esta mañana que, gracias a las propinas de la ciudadanía madrileña, ha conseguido levantar la financiación que le permitirá investigar sobre bioenergía y fosforilación oxidativa, un proyecto «difícil de vender a los profanos». En vez de convencer a la gente de la importancia del tema, se hizo pasar por hostelero y despertó así la empatía de todos.
«La gente tiene claro que hay que apoyar a la hostelería porque la hostelería les da cañitas y les da terraceo. La ciencia, en mi humilde opinión, es en muchos casos lo que permite que sigan vivos, pero esta realidad, por lo que sea, no levanta tantas pasiones», comenta Mora.
Este experto investigador se hizo pasar por el dueño del bar «Josfer» durante tres meses, insistiendo en lo mucho que había sufrido en la pandemia. «Me levanté 100.000 euros la primera semana, y estos últimos días, desde que Ayuso pidió a los suyos que fueran generosos con las propinas, he superado el objetivo inicial», explica.
Mora teme ahora que sus benefactores se sientan estafados. «Verán que, en vez de contratar más camareros, me he puesto a mirar por el microscopio», aventura. Sin embargo, con el dinero que le sobra, está dispuesto a montar el bar. «Tanto la ciencia como la hostelería son importantes, por motivos distintos, pero el caso es que son importantes. No me parece mala idea montar un bar con una trastienda en la que se investigue. Una tapadera, pero una buena tapadera. Bar CSIC, cañas e innovación. No suena mal», señala.
Por desgracia, Mora se tendría que enfrentar a muchos obstáculos burocráticos para obtener esa licencia híbrida en la que está pensando. «Igual me apunto a Masterchef o algo. Solo intento seguir el ejemplo de la presidenta, que parece bastante hábil sacando dinero de los sitios», dice.
