Consciente de que «a veces a un monarca le toca arremangarse», Su Majestad el rey Felipe VI ha decidido arreglar él mismo la crisis de la renovación del Poder Judicial y ha exigido a sus ayudantes que le traigan su espada Centella y un bebé al que partir por la mitad, según ha podido saber la prensa. «Que me traigan dos madres disputándose la custodia de un bebé y entonces yo sacaré mi espada y amenazaré con partirlo por la mitad y todo el mundo aprenderá qué es lo que ocurre cuando uno miente o se porta mal», habría dicho Su Majestad esta mañana.
«Me ponéis un bebé delante, yo saco a Centella y la paseo por encima del niño… Y entonces, por lo que sé, la auténtica madre del niño dirá que el bebé no es suyo, para salvar su vida… Y la falsa madre del niño dirá que sí, que lo mejor es partir al niño. Y a esa falsa madre, entonces, cuando ya se haya delatado, le cortaré la cabeza», ha explicado el rey, que insiste en conocer «pormenorizadamente» todos los protocolos de la justicia.
El rey también está dispuesto, mostrando una entrega a España sin fisuras, a pelear, Centella en mano, contra aquellos delincuentes que hayan cometido crímenes graves. «Por ejemplo, lo de la reforma del delito malversación lo puedo solucionar yo mismo y así desatascamos estos temas de tipo constitucional», ha dicho.
Felipe de Borbón considera que, mientras no se renueve el Consejo General del Poder judicial, lo mejor será que atienda él mismo las disputas entre «campesinos y labriegos que se peleen por la propiedad de un nabo o un trozo de huerto».
