Tras años acudiendo a clases de ganchillo, esta semana Fernando Bruño, de 29 años y natural de Huesca, ha humillado a su abuela tejiéndole un jersey. La prenda, con un acabado perfecto y un precioso bordado de un paisaje otoñal, ha puesto en su sitio a la anciana, que llevaba mucho tiempo siendo la experta en ganchillo de la familia.
Según su círculo más cercano, Fernando llevaba desde niño soñando con dar un golpe de efecto en la familia. “Mi abuela empezó con unos calcetines, luego se pasó a la bufanda y más tarde se puso con los jerséis”, reconoce. “Toda la familia alababa su destreza y acabó perdiendo la humildad”, añade. “Teje bien, no diré que no, pero yo ahora estoy un par de escalones por encima”, asegura.
Fernando ha dado un tremendo golpe en la mesa con el jersey que le ha tejido a su abuela, pues ha tardado la mitad de tiempo que necesita la anciana para tejer una simple bufanda. “Mi abuela lleva tiempo demasiado confiada, subestimando a los jóvenes, y esta semana se ha topado con un pedazo de jersey en la mano”, explica el nieto. “Ahora, cada vez que se lo ponga, sabrá quién es el que mejor teje en esta familia”, concluye.
Después de haber puesto en su sitio a su abuela, ahora Fernando ha empezado a ir tres veces por semana al campo de petanca que hay en el parque debajo de su casa con la intención de humillar a su abuelo en este juego. “Calculo que en dos meses estaré listo para darle una buena paliza”, anticipa.
