El frío ya se hace sentir, lo que significa que es hora de empezar a preparar la casa para la temporada otoño-invierno. Pero lo cierto es que, en ocasiones, podemos cometer algunos errores en la decoración que comprometen nuestro bienestar durante esta temporada, y que hacen que nuestro hogar resulte menos atractivo. A continuación, nuestros expertos de Idealista te dicen cuáles son.
Clavar tus alfombras en el techo para no tapar el parqué. El frío llama a las alfombras, pero mucha gente ya tiene parqué, así que decide clavar las alfombras en el techo para no taparlo, y eso es un error porque luego los invitados no sabrán por dónde caminar.
Plantar un castaño en medio de tu vivienda. Las hojas amarillas en el suelo son preciosas, por eso cada vez más inquilinos y propietarios plantan castaños en sus casas, pero es una mala idea porque al final el suelo también se llena de erizos que hacen mucho daño en los pies.
Colgar un cuadro enorme con tu cara en tres dimensiones. Colgar uno de esos cuadros con tu cara que siguen a los demás con la mirada es un fallo enorme a la hora de decorar la casa en otoño-invierno porque esos cuadros dan muchísimo miedo.
Colocar tu perro disecado en medio del salón para calentar la estancia. Con lo cara que está la calefacción es normal que muchas personas recurran a este método, pero se equivocan porque, al no respirar, tu perro ya no calienta la habitación.
Colocar tus dos gatos disecados al lado de tu perro disecado. Es muy común que, después de ver que tu perro disecado no está calentando la estancia, se recurra a disecar a tus dos gatos y ponerlos al lado, pero también es un error porque los gatos tampoco respiran y tampoco suben la temperatura de la casa.
Colocar a tu abuelo disecado al lado de tus dos gatos y tu perro disecados. La mayoría de inquilinos y propietarios suele disecar a su abuelo y colocarlo justo al lado de su perro y sus gatos disecados, pero esto también es un error porque, además de que tampoco calienta la estancia, no es la decoración otoño-invernal deseada.
Disecarte a ti mismo y colocarte en medio del salón. Este error también es muy habitual en muchas casas; al final, el salón queda lleno de seres disecados, que al llegar la primavera hay que tirar y nunca se sabe muy bien dónde.
