Golpe de efecto el que se ha vivido hoy en Borssele, en Países Bajos. Unos jóvenes ecologistas han hecho estallar una central nuclear para concienciar sobre el calentamiento global. La explosión ha provocado centenares de muertos, miles de heridos e incontables daños materiales y ambientales, pero también ha provocado más concienciación con el medioambiente.
El grupo ecologista considera que su acción ha sido un éxito y que, dentro de 200 años, cuando la biodiversidad de la zona empiece a recuperarse, la gente valorará más lo que han hecho. “Las medidas contra la contaminación son demasiado blandas y, al hacer explotar una central nuclear, le estamos dando un toque de atención a los líderes mundiales”, apuntan los activistas. “Les estamos mostrando que el tiempo se nos echa encima y que hay que empezar a cuidar al planeta de verdad”, añaden.
“A ver si, ahora que hemos destruido medio planeta, os enteráis de que nos lo estamos cargando”, reflexionan los activistas, que no descartan más acciones similares si no se empieza a luchar más activamente contra el calentamiento global. “Destruiremos todas las centrales nucleares que haga falta para que los responsables empiecen a cuidar el planeta de verdad”, amenazan. “La naturaleza es lo más valioso que tenemos y la destruiremos todas las veces que haga falta para que se empiece a cuidar”, concluyen.
Los expertos son claros respecto a esta acción vandálica: los centenares de víctimas que han fallecido en la explosión de la central nuclear ya no podrán contaminar más el planeta, así que, si los ecologistas siguiesen matando a todas las personas del mundo, este dejaría de ser contaminado automáticamente.
