Tras años arrastrando mesas y redistribuyendo sillas, los españoles lo han conseguido al fin: han logrado juntar una única mesa que atraviesa toda España y que suma las mesas de todos los locales de hostelería del país. «A los españoles nos vuelve locos juntar mesas y queríamos estar todos juntos, aunque no podamos hablar porque hay gente que está en Soria y otros en Barcelona y otros en Cádiz», explica Cristina Maruto, de Soria, empapada en sudor a causa del esfuerzo, pero satisfecha al fin y rodeada de toda su familia, sus amigas, su grupo de yoga y los otros asistentes a una despedida de soltera a la que la invitaron el pasado enero.
Según explica, lo importante es «estar en la misma mesa aunque sea imposible verse» porque «a nivel simbólico» es como estar tomando algo «todos juntos» y porque queda «realmente feo» dejar a gente fuera de la mesa, teniendo en cuenta que «todos los españoles somos conocidos de conocidos».
«¿Podemos juntar mesas?». Esa pregunta, planteada en enero de 1998 al camarero de la terraza del bar El Chirri de Madrid, es la que inició el proyecto de juntar todas las mesas españolas. Ahora, más de 20 años después, los españoles están ya listos para empezar a pedir. La camarera encargada de servir los más de 3000 kilómetros de mesa ha insistido en que no necesita apuntar la comanda porque puede memorizar lo que va a querer cada cual.
Al cierre de la edición, los españoles han preguntado a los bares españoles si pueden sacar algunas sillas o taburetes altos a la terraza porque acaba de presentarse Rubén con ocho amigos y hay que hacerle sitio.
