Nada más enterarse de que Miguelito Bruño, un niño de siete años natural de Soria, había sido castigado sin postre por sus padres, el chef José Andrés con todo su equipo se ha puesto en marcha y ha conseguido reunir diez millones de dólares para ayudarle. Gracias a esta cantidad económica, ahora el niño podrá tomar postre durante todo el año.
“Los padres lo castigaron sin postre por no haber recogido su habitación, pero no estaba tan desordenada”, defiende José Andrés. El chef reconoce haberse sentido muy identificado con el niño porque él mismo fue castigado sin postre en alguna ocasión durante su infancia. “Es algo que no le deseo a nadie”, ha declarado el cocinero ante la prensa.
Con el dinero, el pequeño Miguelito ha adquirido diez toneladas de natillas y una tarta de 50 metros de diámetro. “También hay un cargamento de helado dirigiéndose a mi casa”, celebra. “Gracias al chef José Andrés, tenía mucha hambre”, se sincera la víctima, que además de haber sido castigada sin postre fue obligada a ingerir espinacas y brócoli.
El gesto del cocinero ha sido aplaudido en todo el mundo excepto por los padres del menor, a los que ahora les preocupa que su hijo nunca vuelva a ordenar su habitación. “Va a ser difícil enseñarle que no recoger su habitación está mal, por no hablar de los problemas de colesterol que sufrirá cuando se acabe todas las natillas, la tarta y el helado que se ha comprado”, lamentan.
