«Es verdad que, si escuchas con atención, se oye como un ruido un poco molesto, como si te dieran en la cabeza con una caja de cartón, pero es inapreciable y no aporta nada». Así de rotunda ha sido la confesión que esta mañana han hecho los principales bajistas del mundo. «Basta ya de esta farsa. El bajo es la guitarra de los que no sabemos tocar la guitarra», ha declarado Paul McCartney, uno de los firmantes del comunicado.
Para evitar problemas con otros instrumentistas, los bajistas insisten en aclarar que «el contrabajo sí que hace algo, y menos mal, con lo que pesa. Lo que ocurre es que se toca en el jazz y cosas así, de gente a la que en realidad no le gusta tanto la música como beber whisky, llevar sombrero y hacer un poco el gilipollas». Dice McCartney que siempre pensó que Ringo Starr debía ser el bajista de The Beatles, pero «era incapaz de tocarlo sin reírse, porque no sabe mentir».
«Todos los grupos tenían bajista y no podías salir al escenario sin bajista, aunque todos sabíamos que no hacía falta», reconoce ahora John Paul Jones, bajista de Led Zeppelin. «John Paul Jones, jaja, el típico nombre que te inventas», agrega luego, sembrando dudas sobre su identidad misma.
Steve Harris, de Iron Maiden, intenta justificar la farsa del bajo argumentando que, «en los temas en los que el teclista no interviene, parece idiota quedándose ahí de pie, como un florero. Por eso se le da el bajo eléctrico, para que tenga las manos ocupadas. Yo, al menos, lo hacía por este motivo».
Los bajistas piden perdón a los que puedan sentir rabia o decepción después de leer el comunicado, pero insisten en que «se nos fue el teatrito de las manos, hasta el punto de que muchos bajistas hoy en día creen realmente que su instrumento hace algo, y negarán todo lo que estamos diciendo».
