Señalando que los motivos «no están claros y podrían indicar algún tipo de desviación», los biólogos admiten que no saben por qué los perros, teniendo tan buen olfato, necesitan acercarse tanto al culo de los otros perros para olerlo. «Los perros tienen 220 millones de receptores olfativos en la nariz, lo que les permite percibir e identificar olores a mucha distancia, pero cuando se trata de oler el ano de otros perros, necesitan meterle los 220 millones de receptores en el culo, aparentemente», explica Esther Tristán, una zoóloga especializada en comportamiento animal.
«No sabemos a qué se debe ese comportamiento pero, desde luego, no es un tema olfativo porque un perro puede olerle el ano a otro perro a varios metros de distancia, como un caballero», afirma. Según dice, no hay ni una sola razón fisiológica para acercarse tanto a un culo ajeno, así que la única explicación es que sea «puro vicio y depravación”.
Los expertos tampoco encuentran explicación plausible alguna (que no caiga en la perversidad más absoluta) al hecho de que un perro al que sus dueños tratan de alimentar con el mejor pienso posible se coma la caca de otros perros en cuanto pisa la calle.
