Después de tres días muy intensos, la cumbre de la OTAN ha finalizado con el compromiso de apoyar a la hostelería de Madrid. Los principales líderes mundiales han conversado durante horas y han llegado a la conclusión de que mantener el buen ambiente que se vive en las terrazas de la capital de España es la principal prioridad en este momento. “Esta gente ha sufrido mucho y hay que reconocérselo”, se ha sincerado un emocionado Joe Biden.
Los países miembros de la OTAN valoran que la hostelería madrileña haya estado al pie del cañón en los momentos más complicados de la pandemia y, por ello, creen que ahora toca corresponder. “Un bocadillo del Brillante y una caña bien tirada de Mahou y se acabaron todos los problemas”, ha dicho Boris Johnson desde el tradicional bar madrileño, ubicado al lado del Museo Reina Sofía.
“Al final, el terraceo y la libertad son la esencia de lo que somos y no nos lo pueden quitar”, ha querido recordar el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, tras beber su tercera cerveza. Los representantes de la Alianza han disfrutado mucho de los bares de Madrid y eso ha llegado incluso a provocar algunos cambios en la política exterior. “Putin se ha equivocado, pero te digo yo que en el fondo es un tío de puta madre y a la próxima hay que invitarle”, llegó a decir Macron. “Al final todos cometemos errores porque somos personas”, añadió Sánchez a las cinco de la mañana.
Después de apoyar a la hostelería madrileña toda la noche, la OTAN ha decidido adoptar medidas de seguridad urgentes que consisten en prohibir los taladros, cancelar el claxon de los coches y administrar de manera gratuita y universal ibuprofeno.
También se ha aprobado un paquete de ayudas para el Mesón Parrillada Hermanos Ramón, pues los países miembros consideran que los camareros se merecían una muy buena propina por su amabilidad, simpatía y eficacia.
