El Primavera Sound se ha consolidado como el festival musical más importante de España y uno de los más destacados de Europa y lo ha hecho gracias a un cartel que es a cada edición más monumental y que este año incluye, por primera vez, no solo a los artistas que actuarán en los más de 16 escenarios sino también a las auténticas estrellas de todas sus ediciones anteriores: los camellos que pasarán droga en el festival. «La oferta de música y droga es descomunal, esperamos a unos 80.000 drogotas cada fin de semana», dicen desde la organización.
«Está El Uñas, está Rubén, está un tío que estudiaba Química y al final lo dejó todo para perseguir su sueño y trabajar en festivales… Está incluso toda la banda de Los Quincalla al completo, que se reúnen por primera vez en quince años… ¡Están todos, todos! Hay que ir. Si es que vienen incluso algunos camellos de Europa que solo puedes ver en festivales», explica Adrián R., que ha comprado la entrada al recinto esta misma semana cuando ha visto que asistían algunos de sus ídolos.
«Los Mindolos, los Bannos y los Chumingos… Cuqui La Tripona… juntos al fin, en un festival, compartiendo escenario e incluso colaborando… Es un sueño, un sueño, ¿cómo no íbamos a ponerlos en el cartel? Con lo difícil que es sacarlos de Pinos Puente», explican desde la organización.
Los veteranos del festival admiten que la oferta es atractiva pero inabarcable, por lo que es mejor racionarse y no querer ir a todo porque eso puede generar mucho estrés «y ser hasta malo para la salud». «No puedes empacharte de todo, hay que elegir, aunque lo importante es descubrir cosas nuevas y no irte al éxtasis de El Uñas, que al final ya lo conoces», explica Adrián, que se ha preparado un documento de Excel con los horarios y localizaciones de los camellos que pasarán las drogas que le interesa conocer.
En cualquier caso, el festival ha hecho un gran trabajo combinando los camellos con las propuestas más clásicas, que acompañarán a los artistas más importantes en los grandes escenarios, con aquellos otros con proyectos más arriesgados y artesanales que venderán drogas de diseño en escenarios pequeños y experimentales.
«Si lo de este año se consolida… no descartamos que el Primavera Sound del año que viene consista en un solar vacío, sin música, y con un tío en gabardina vendiendo pastillas debajo de una farola… se irá viendo», comenta la organización.
