Momentos muy desagradables los que se vivieron ayer por la tarde en la Costa Brava de Cataluña. Un vecino de la localidad de Blanes, desesperado por el calor, se bebió una Cruzcampo delante de todo el mundo. Aunque testigos presenciales trataron de evitarlo, cuando se acercaron ya era demasiado tarde y el señor ya había abierto la lata y bebido de ella.
Sergi Muntaner, de 57 años, reconoce que estaba muy acalorado y que no pensaba con claridad. “En momentos como ese, uno entra en modo supervivencia aunque eso te ponga más en peligro”, se sincera. Nadie sabe muy bien cómo llegó la lata de Cruzcampo a sus manos, pero el señor le dio varios tragos sin importarle el sabor. “Yo solo vi que estaba fría”, expresa.
Primero se había bebido su propia orina, luego agua de mar y, por último, totalmente desesperado, abrió una lata fresquita de la conocida marca de cerveza. “Al principio pensé que era mi orina muy fría, pero luego, al beber más, entendí que tenía un regusto amargo y que, por tanto, era otra cosa”, declara. “Lo importante es que no me dio un golpe de calor”, puntualiza.
No es la primera vez que este vecino de Blanes incurre en un comportamiento así de alocado. En el año 2018, tenía tantas ganas de viajar que compró un billete de Ryanair. Por suerte, nadie le quiso acompañar y se acabó quedando en casa.