Después de un tiempo infructuoso en la cama, la pareja de un invidente ha lamentado lo mucho que le cuesta encontrar el clítoris al perro guía. “Entiendo que somos de especies diferentes, pero esta manera de guiar a mi marido deja mucho que desear”, se queja la señora. “Al final me va a doler la cabeza con tanto ladrido”, continúa.
Desde este mediodía, la mujer se encuentra en la cama con las piernas abiertas y su marido en medio tratando de seguir las instrucciones del golden retriever absolutamente superado por las circunstancias. La situación es cada vez más incómoda y el animal se ha puesto incluso a rascar la puerta para que le dejen salir. “De aquí no se va nadie hasta que tenga un orgasmo”, asegura la mujer.
El hombre se esfuerza en su cometido, pero las instrucciones del perro guía están siendo un verdadero lastre. “Mi marido lleva horas dando palos de ciego”, lamenta la mujer. “Tengo la uretra prácticamente en carne viva”, se queja. Aunque el perro guía se esfuerza en hacer caso a su dueño, lleva un rato recordando con melancolía la época en la que guiaba a un invidente de 80 años que ya había perdido todo interés en el sexo.
Al cierre de la edición, la prensa ha podido saber que el perro guía se ha subido a la cama y ha ido él mismo a buscar el clítoris de la mujer directamente.
