Fernando Lactos, un alicantino de 43 años aficionado a las criptomonedas que lleva años hablando del tema a todo el mundo, no sabe por qué de repente hay tanto interés en el asunto y todo el mundo le hace preguntas. “Cuando yo hablaba de criptos todo el mundo me decía que me callara y no sé qué ha pasado que, desde hace dos días, todos quieren hablar de ello y a mí ahora, pues mira, no me apetece”, ha confirmado a la prensa, pidiendo que dejen de hacerle llamadas y proponerle entrevistas “especialmente si se hacen las preguntas en tono jocoso”.
“Hasta ahora, cuando yo hablaba del tema, me pedían que me callara y ahora que yo no quiero hablar todo el mundo me pregunta, y encima entre risas”, se queja. “Es que no entiendo a qué viene tanta preguntita de los cojones”, dice Fernando, que por primera vez en cuatro años no parece interesado en hablar de sus inversiones, algo inaudito hasta esta semana.
Sus amigos y familiares tampoco entienden por qué de repente no quiere hablar del tema e incluso se ofende si insisten. “Es raro, siempre nos ha dicho que somos muy tontos por no invertir todos nuestros ahorros en dinero invisible como ha hecho él y ahora que de repente nos interesa hablar de ello, él se cierra en banda y prefiere hablar de otras cosas”, se queja Martín, un amigo de Fernando.
“Fernandoooo, ¿cómo va esa fortuna invisibleeee?”, le han preguntado sus amigos los últimos días en repetidas ocasiones sin obtener respuesta.
Según su entorno, desde hace algunos días Fernando tampoco quiere hablar de su colección de arte NFT, lo que también es extraño porque le encantaba hablar de ello.
